RUTA DEL WOLFRAM. VISITA A LA MINA DE WOLFRAMIO DE CADAFRESNAS (EL BIERZO)


Hoy os muestro una ruta bonita, como casi siempre, pero os voy a enseñar el interior de una mina con mucha historia y muy relevante en varios capítulos de nuestra historia bélica.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en España se libró una gran batalla, económica, política y diplomática, en torno al Wolframio, mineral escaso en nuestro planeta, pero presente en la península Ibérica.

Pero qué es el Wolframio?    Os estaréis preguntando...

Pues se trata de un metal de color gris acerado muy duro y denso, muy escaso en la corteza terrestre, y sí, aquí en El Bierzo, hay minas de Wolfram...

También es conocido con el nombre de Tungsteno.

Durante la II Guerra Mundial fue un material muy codiciado por la Alemania Nazi, ya que lo utilizaban para endurecer su armamento militar (blindaje de tanques y cabeza de proyectiles), 

mientras los aliados trataban de impedirlo por todos los medios, pero también es necesario para fabricar bombillas, motores y puntas de bolígrafos.

Tan sólo el diamante es más duro que el Wolframio....

Pero vamos a empezar por el principio...

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Era principios de Noviembre y aunque amaneció frío como en el ártico, 

la mañana prometía una buena dosis de cielo despejado aderezado con sol a borbotones, con lo que decido rutear por una zona especialmente tranquila y cargada de alto nivel paisajístico...

Arranco la moto y conduzco hasta Villafranca del Bierzo, donde tomo el desvío señalizado hacia la ruta del Wolfram:


Paso Dragonte, pequeño pueblo y primero que aparece en la ruta de hoy.


Pasando Dragonte voy ganando altura y aparece alguna vieja cantera de pizarra a medio absorber por la vegetación:


Continúo ascendiendo...


Empozado en ese valle, diviso el pueblo de Moral de Valcarce:


Al fondo, a lo lejos ya asoma la cumbre del Seo, hacia donde me dirijo...


Aquí, en el cruce hacia Moral de Valcarce, soleado detrás y muy helado en lo sombrío:


A medida que me iba aproximando más al pueblo de Cadafresnas, iban apareciendo carteles de la ruta:



Cojo dirección a Cadafresnas. No se escatima en señalización, estoy en una zona apartada y casi olvidada, pero que muchas personas visitan para recorrer en bicicleta o caminando esta preciosa ruta del Wolfram:


Imposible no llegar al pueblo...


Impresionante mar de nubes flotando entre las cimas de las montañas... y yo por encima... Me encanta visitar lugares así con la moto...


Y ya veo algún tejado de Cadafresnas ahí debajo...


En Cadafresnas la gente deja sus vehículos estacionados junto a un cartel informativo de la ruta y comienzan a caminar.

El objetivo de esta ruta es visitar la peña del Seo, con sus impresionantes vistas y su vértice geodésico y descubrir las infraestructuras mineras que aún se conservan en la cara este del Seo, que es lo que yo quiero mostrar aquí.

La ruta completa en cuestión, es esta:


El recorrido circular consta de 16 kilómetros, pudiéndose acortar llegando solamente hasta el poblado minero La Piela, el cual se encuentra a 4  kilómetros y medio del pueblo por esta pista que veis:


Sorprende sobremanera la riqueza paisajística desde el comienzo de esta pista, donde un abrupto valle de relieve montañoso, rodeado de frondosa vegetación (aunque estemos en  Noviembre) con tintes otoñales, atrae mis miradas haciéndome disfrutar de la subida:


No tiene desperdicio este camino, os lo aseguro...


Después de ascender por la ladera unos cuatro kilómetros , ya se vislumbra  perdido en la inmensidad, el poblado minero de La Piela, apodado así por el nombre del paraje en el cual se asienta, abandonado hace unas cuantas décadas.


A partir de este momento os voy a mostrar la visita que realizamos al poblado minero y al interior de la mina de Wolframio en Noviembre del año pasado, hace justo un año, mis amigos Manolo y Marga, mi hijo, antes de que pegara el estirón y yo.

Aquí estamos justo a la entrada del viejo poblado de La Piela:


Recuerdos de una época pasada.

 Estas ruinas parece que desprenden un misterioso encanto un tanto sobrecogedor que, sumado a la belleza de los paisajes que lo rodean, hace pensar que vivir aquí pudo ser una suerte......
Aunque aquí estaban para estar bien cerca del "tajo".


Damos un paseo por el poblado, parecen los restos de un bombardeo de la guerra....

Decenas de familias aquí vivieron, donde trabajaron cientos de obreros y hay construidas estas instalaciones que disponían de economato, escuela y cantina, cómo no...



En 1958 se cerraron estas minas por la caída de la demanda del mineral, con lo que este poblado quedó deshabitado con la única presencia aquí del guarda y su familia, que vivieron en las instalaciones hasta 1974, momento en el que comenzó el expolio y el derrumbe por abandono.


Al fondo, en las faldas de la peña del Seo se ven las instalaciones mineras:



Vista de los barracones desde abajo, donde nos encontramos. Éstos se componían de 41 viviendas de 60 metros cuadrados.


Nosotros vamos saliendo del paseo por el poblado...


Quedando en nuestra retina imágenes como estas, que no dejan de ser más que testigos mudos de la vida que se respiró en este lugar:


Como se puede ver, el estado ruinoso es importante, mejor no entrar...



Llegados a este punto de la tarde, montamos en el Suzuki de Manolo y ponemos rumbo a la mina cogiendo la pista que asciende a la derecha al abandonar el poblado.


A medida que subimos, las vistas se van haciendo más amplias... Qué pena de nubosidad....


Ya, no tan lejos, se dejan ver los antiguos lavaderos de mineral, situados bien cerca de la bocamina:


Aquí están los restos de lo que fueron los lavaderos del material, que lo recibían en bruto, directo del interior y mediante un sistema de sustentación aérea, llamado "vaivén", para después pasar unos procesos de trituración y selección de la mena metalífera.



Vamos con algo de la historia de los inicios de esta explotación:

En 1940, dos hermanos Bercianos de Sobrado, fueron los primeros que se percataron de la existencia de Wolframio en el interior de la peña del Seo.

Con mucho sigilo cargaron unos sacos y lo llevaron a Quereño para venderlo, donde los compradores quedaron sorprendidos por la pureza del mineral y enviaron secuaces siguiendo a los hermanos para descubrir la secreta mina.

Fue en ese momento cuando empezó la "fiebre del oro negro" en El Bierzo.

Aquí unos posados delante de lo que fue la entrada a la mina:


Como sabíamos que la mina daba agua, como todas, en el coche trajimos las pertinentes botas para poder hacer la visita más a gusto, así como las luces frontales:


Fue una época de mucha miseria y extraer Wolframio supuso ganar mucho dinero en poco tiempo.

Aquí reinó la anarquía, las armas de fuego imponían su ley, formando cuadrillas y echando a las anteriores.


Penetramos a la galería, donde los hombres trabajaban sacando el material, las mujeres lavándolo y los niños estaban al rebusco.

No imagino a mi hijo currando en un agujero como este...


La mayoría del material era vendido a los Alemanes, aunque los aliados lo adquirían para elevar su precio y evitar que llegara hasta sus manos.

En aquellos años llegaron a venir aquí espías de ambos bandos, unos para conseguir el preciado oro negro y los otros para evitarlo.

Esta etapa finalizó al acabar la II Guerra Mundial y caer la demanda.
Casi todos se fueron de aquí...

En estas fotos vemos los túneles de lo que fue el polvorín de la mina:


La demanda del Wolfram volvió a aumentar en 1950, durante la Guerra de Corea, esta vez se les vendía a los Americanos...

Aquí investigábamos por los túneles del polvorín.


Seguimos penetrando en la tierra...


Terminada la II Guerra Mundial, extraerlo dejó de ser tan ventajoso, con lo que los dos socios que registraron la mina, lograron un contrato por 5 años con el gobierno Norteamericano y que les concedieran un crédito de 230.000 dólares de la época para explotar esta montaña.


Nos encontramos bifurcaciones de las galerías...


Que bien sirven como marco para hacerse una foto al lado de esa entibación colocada hace la friolera de  70 años...


Enfocando mi cámara hacia arriba se deja ver esta antigua chimenea con varios tajos abiertos donde también vemos las puntalas septuagenarias:


La verdad que está siendo una tarde muy amena haciendo un turismo poco convencional...


No dejamos de ver los restos de los trabajos de aquella gente de los ´50.

A título informativo dejo aquí los salarios de aquellos mineros en pesetas de la época:

                                       - Minero y vagonero:         500 pts
                                       - Barrenistas y artilleros: 5.000 pts 
                                       - Vigilantes:                     1.100 pts

Desde luego la longevidad de estos trabajadores no era larga, pues al picar el mineral, libera arsénico en polvo, que ellos aspiraban y ya sabemos que el arsénico es un veneno.... 



Aquí intentando ver al protagonista de esta crónica, el Wolframio.

Era complicada su extracción, pues se halla incrustado en otros minerales en forma de óxidos o sales.


En el año 1957 los Americanos rescinden el contrato con la empresa Montesur debido a la finalización de la guerra de Corea


Continúan apareciendo galerías bifurcadas


El volumen de la producción siempre fue un misterio, la empresa tenía orden de no facilitar estos datos a los trabajadores, aunque hay constancia de que en los mayores periodos de actividad, la producción estaba en el orden de 7 Tm al mes.


Y después de gratos y frescos paseos de interior, optamos por salir de nuevo a la calle...


Donde nada más salir vemos las antiguas edificaciones que albergaban los compresores que surtían de aire comprimido a toda la explotación:


Así como otra entrada al interior de la tierra, donde Manolo busca hacer dinero fácil picando unos fragmentos de roca para entregárselos a mi hijo.

Decir que en la actualidad hay una empresa Australiana haciendo sondeos en la zona.


Y ya emprendemos la bajada hacia el poblado de la Piela y por consiguiente, hacia Cadafresnas.


Aquí os dejo este interesante documental que hizo Televisión de Ponferrada en su momento tratando el tema.
En el minuto 10 hacen una visita interesantísima con un ingeniero de minas al interior de la explotación.

Interesante e instructivo. Os animo a visionarlo, se titula:

TRAS LA HUELLA DEL WOLFRAM:


Abandono esas magníficas fotos de Noviembre de 2020 para regresar al futuro, a Noviembre de 2021, para proseguir mi paseo en moto por estas solitarias montañas.


Disfruto de los paisajes que me va ofreciendo esta carreterucha pasando Viariz, Hornija y Melezna, hasta llegar a este cruce hacia el pueblo de Arnadelo, serpenteando junto al río Selmo:


Más adelante, varios kilómetros pasado Arnadelo, aparece este merendero a pie de curva y en el que nunca me había detenido.


Con su fuente de obra y mesa con sus bancos muy bien dispuestos para hacer una parada cargados de viandas de la tierra.
Hoy no es el caso, pero me lo anoto para otra vez que pasemos a investigar más a fondo esta virgen zona.


Llego a Cabarcos, precioso y clásico pueblo del municipio de Sobrado, limítrofe con la comarca de Valdeorras y que está englobado en el 
Parque natural Sierra de la Encina de La Lastra.

Justo detrás se ven las peñas más características del Parque Natural:


Y siguiendo esta guapa carretera llegaría a Valdeorras atravesando el Parque Natural.


Preciosa foto con el pueblo de Cabarcos al abrigo de las peñas:


Justo en este punto en el que me encuentro hace frontera con la provincia de Orense:


Para muestra un botón:


Y siguiendo esta carretera, que parece una pista asfaltada, llego a Portela de Aguiar, donde me recibe esta ya conocida escultura al lado de la carretera:


Estamos en el Bierzo occidental, lindando con Galicia, como os mostré dos fotos más arriba y en este pueblo vive un artesano muy particular que dedica su tiempo libre a llenar su pueblo con esculturas de este calado, como este castaño que ha colocado en frente de su casa:


Lo ha convertido en un Castaño-bar, que abriendo un grifo que le puso en un lateral, mana vino de manera altruista, para regar los gaznates de los viandantes que así lo deseen.


Lo ha bautizado con el nombre de:

LA BODEGA DEL CASTAÑO:


Si queréis ver más información sobre este y otros pueblos de El Bierzo, AQUÍ dejo una buena crónica con mucha información curiosa.

Ya se acerca la hora de comer, con lo cual voy emprendiendo el regreso hacia Ponferrada pero por lugares algo más recónditos...


Como el pueblo de Valiña, pequeño conjunto etnográfico junto al río Sil


Y poseedor del puente colgante más largo de El Bierzo. En ESTA crónica os muestro los demás.


Puente que se alzó en 1970 para salvar al embravecido río Sil...


Lo diseñó el ingeniero de la MSP Emilio Taboada, a cambio de una concesión para extraer piedra del río gratuitamente en los terrenos del pueblo.


Y la mañana de moto por lugares apartados y asombrosos llega a su fin.
Me encanta rutear por lugares así en otoño.....

Aquí va el mapa de esta bonita ruta:


Con esta cervecina puse el punto final a esta ruta de aquel día de otoño, que salí de casa sin muchas pretensiones y resultó ser una mañana de lo más placentera.


Habrá más..... Seguro...

VSSSSSSSSSSSSSS

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