Pues se daba la circunstancia de que teníamos por delante 8 días libres para escapar en moto, lo que me hizo ponerme las pilas para diseñar varias rutas que tenía en el tintero esperando el momento preciso, y sin lugar a dudas, el momento preciso era este...
Varias de las rutas discurrían por suelo Portugués, asique para acceder al comienzo de la rutaza programada para el día de mañana, decidí entrar al país vecino visitando una villa muy peculiar que tenía anotada en "pendientes" desde hacía algún tiempo.
Se trata de la Villa de Monsanto:
Al llegar circulamos pasando el primer aparcamiento disponible, llegando a este más diminuto y último emplazamiento disponible para dejar los vehículos,
pues justo desde este punto está prohibido continuar con ellos, comenzando la zona medieval y por tanto, la peatonal. Ahora veremos el porqué de esto.
Desde este mini parking ya tenemos unas vistas de las buenas, de parte del pueblo y del valle que dejamos abajo:
Para muestra un botón...😆
Abajo vemos la villa de Relva, siempre rendida a los pies de Monsanto:
Portugal tiene un entorno rural increíble, algo que aún es desconocido para muchos, pero que poco a poco se va dando a conocer y va ganando adeptos en potencia cada día tras ver múltiples crónicas como esta.
Comenzamos un obligado paseo por la villa para ir descubriendo muchos de los tesoros que alberga.
Aparece ante nosotros esta llamada "gruta", que parece ser un "piso piloto" mostrando al visitante cómo es una vivienda tipo aquí, en Monsanto.
Algunas casas están cubiertas con una colosal mole granítica, aquí llamadas "casas de una sola teja", eso sí, muy gorda...
La arquitectura popular y tradicional aquí se basa en aprovechar los enormes bolos graníticos que a lo largo de los milenios se han descolgado de lo alto de la montaña, dando lugar a la bonita villa que hoy nos ocupa.
Pasear por estas empinadas calles es una gozada, en cada rincón aparece una curiosidad más, eso sí, lo que siempre reina en la mirada es una enorme bola de granito que obliga a cada callejuela a dar bruscos quiebros.
Seguimosssss...
A medida que vamos ascendiendo van apareciendo numerosos miradores...
Nada más cruzar el estrechamiento, vemos esta extraordinaria terraza coronando esta vivienda que ha disfrutado de tiempos mejores......
Y a los pocos pasos ya vamos preparando nuestras cámaras.....
Y no es para menos.
Este mirador ofrece enormes vistas que sobrevuelan los rojizos tejados del pueblo y sobre las abrasadoras llanuras que se extienden más abajo.
Aprovechando la plazuela del mirador y las mesas colocadas para el relax a modo de área recreativa, había bastante gente descansando del esfuerzo que requiere la subida de estas callejuelas y varios estaban comiendo un pinchito con buenas vistas:
Lo que llama la atención es esta pedazo mole granítica alarmantemente equilibrada que aquí se conoce con el nombre de "Penedo do Pé Calvo":
Continuamos la subida y el trayecto por estas peculiares calles de Monsanto, que se asemeja al recorrido del parque de atracciones de los Picapiedra, pero en versión medieval.
Aquí se ve una casa que aprovechó esa enorme roca como cimiento para su construcción:
Ya casi en la base de la cuesta que nos conduce hacia la fortaleza, aparecen multitud de piedrecillas de angulosos calibres.....
Observen señores:
Creo que llegué a moverla una micra, la sugestión de la mente junto a una buena taza de cola cao por la mañana hacen milagros...😅
Este sería el paraíso para Obélix....jijijiji
Pero antes de encarar la última subida de este recorrido ...
No nos resistimos a meternos por los senderos que están marcados como miradores.
Miradores que desde cualquier ángulo de visión regalan imágenes como estas:
Ya casi estando a los 758 metros de altitud donde reina la antigua fortaleza de Monsanto y antes de penetrar intramuros....
Queremos ver las construcciones aledañas a dicha fortaleza, que bien merecen la pena y servirán como aperitivo a la visita fortificada.
Se trata de la torre Peão, que vemos a la izquierda en la siguiente fotografía y las ruinas de la capilla de San Miguel.
Este pequeño templo de una sola nave, de estilo Romántico, fue la primera iglesia parroquial de Monsanto y fue construida por los Caballeros Templarios al mismo tiempo que el castillo original que tenemos justo al lado.
Esta iglesia se estuvo utilizando como tal, hasta mediados del siglo XIX.
La Torre Peão era una atalaya aislada del castillo, construida para cubrir el ángulo muerto de la vertiente norte.
Tan sólo queda lo que vemos, su planta baja, pues en su momento fue derribada intencionadamente a finales de la Edad Media, porque suponía una amenaza para el castillo en caso de asedio, qué cosas....
Junto a la capilla hay excavada en la roca del suelo una antigua necrópolis.
Hay más de una docena y están fechadas en el periodo de la ocupación Visigoda, alrededor del siglo VII.
La verdad que después de caminar vestido de romano por tanta callejuela empinada, estas tumbas antropomorfas no son nada incómodas, la verdad...
En la parte trasera de la capilla reposan algunas tumbas también de cara a la colina granítica:
Bonita y antigua iglesia cargada de historia situada en un entorno magnífico, nos gusta !!!
Pero ahora llega el momento de visitar el castillo, visita ineludible si se viene a Monsanto.
Vamos allá...
Llegamos ya a un castillo cargado de historia y que por su peculiar ubicación en la cima de esta mole granítica, fue una golosina para todo tipo de conquistadores durante el devenir de los tiempos...
En la foto anterior estoy mirando hacia esta torre del homenaje situada justo al lado de la puerta de entrada a la fortaleza:
Situado a 758 metros de altitud y sin estar claro su origen, parece ser que fue construido en el año 1165 por el Rey D. Afonso Henriques, (Afonso I de Portugal), quien más adelante se lo entregaría a la Orden del Temple.
Las reglas de la Orden impusieron una separación entre los frailes y la población, por ello se instalaron en una zona resguardada donde está ubicada la iglesia de San Miguel que hace un rato visitamos.
Durante siglos, este castillo fue un lugar estratégico y entre sus muros se libraron decenas de batallas, hasta la tremenda explosión originada en el polvorín de la fortaleza en 1815, que dejó todo esto en ruinas facilitando la creación de este inmenso solar.
Por ello actualmente tan sólo quedan las ruinas de la muralla con su puerta, la torre del homenaje y la capilla de Nossa Senhora Do Castelo, esta sencilla capilla que data del siglo XVIII y que tiene una sola nave y su presbiterio:
En el centro del patio de armas está lo que llaman la cisterna.
En la época bajo medieval, el principal suministro de agua de la fortificación provenía de este pozo, al que en la actualidad le faltan sus construcciones anejas como eran unas murallas protectoras y su torre adelantada.
Hoy solo queda esa pelota de granito que vemos:
La mayor parte de todo el conjunto, como bien se aprecia, son ruinas.
Esto se debe a la explosión que se inició en el almacén de municiones en el año 1815, que por aquel entonces lo tenían en el interior de la iglesia del castillo.
Esta circunstancia, junto con la extinción del condado de Monsanto en 1853, terminó con su "vida guerrera", para pasar a ser "tan sólo", uno de los Monumentos Nacionales de Portugal.
Ahora subimos unas pequeñas escaleras de roca para acceder a la parte más alta de todo el entramado.
Estas vistas tenemos al subir:
Merece bien la pena pasar un buen rato recorriendo los recovecos del castillo, pues además de ver los restos de la fortaleza, nos sirve para captar algunas de las mejores panorámicas de Monsanto, que ayudan a comprobar el nivel de simbiosis que hay entre las construcciones del pueblo y la superior montaña granítica.
Hay varios miradores desde los que admirar la fabulosa vista que ofrece la aldea histórica de Monsanto y los valles que lo rodean.
Haciendo zoom se puede apreciar como en algún tejado asoma un "colodrillo", como diría Mortadelo:
En la siguiente imagen se aprecia el cementerio de Monsanto:
Dimos nuestro singular paseo con vistas por las murallas más superiores, donde gobierna todas las atenciones del turista esta torre a modo de vértice geodésico, que le queda al castillo como a un Santo dos pistolas...
Realmente merece la pena esta visita y su paseo, a pesar de la caminata hasta llegar aquí arriba.
Estamos disfrutando de los paisajes que ofrece la dehesa en este punto de Portugal,
entorno que me recuerda a los bosques de encinas en Salamanca y Extremadura, pero con un toque lusitano que resalta su personalidad.
Mires hacia donde mires, lo que se ve llena la retina tanto que hace que no queramos bajarnos de allí...
Última foto junto a la muralla y vamos bajando, que el tiempo apremia...
Según vamos bajando tranquilamente, no es raro ver de nuevo enormes rocas que parecen aplastar algunas casas con forma como de champiñón, pero que les hacen las veces de muro de carga o de tejado como es el caso:
Aparte de lo anterior, también sirven de photocall para instagramers y otras hierbas,
que en cada rincón ven mil posibilidades de fotografiarse para colgar luego en sus respectivas redes, pues en Monsanto, cada casa es diferente a la anterior,
con fantasías de gigante de granito de innumerables formas y tamaños.
He aquí la que está al lado:
En este punto, bajo el cerro del castillo y por razones de salud pública, se ubicaban (y ubican) las Furdas (pocilgas).
Siguen el modelo tradicional, un abrigo, comunmente de planta circular, cubiertos con falsa cúpula hecha como un caparazón de piedras sucesivas cubiertas luego por tierra, con una pequeña puerta que da a un pequeño recinto amurallado.
En el pasado la carne de cerdo era una importante fuente de alimento a largo plazo para su transformación en salchichas.
De ahí la construcción de este pequeño y particular "poblado de Furnas" aquí arriba.
Como vemos en la siguiente foto, a algunas no les hacía falta construirles la techumbre:
Ahora comienza una bajada por las callejuelas, que con menos esfuerzo que antes, nos vuelve a mostrar los detalles que más abundan, como este crucero:
Bonitas vistas de un pueblo que se ve muy limpio y arreglado en cada paso que damos:
Pasos con los que llegamos hasta la Fuente Do Ferreiro, la que dicen que es la única que saciaba la sed de Reyes y Príncipes...
Fuente en la que se excavó en la roca un depósito cuadrangular, a un nivel más bajo que la calle, donde se deposita y decanta el agua del manantial,
potenciando su frescura, todo ello protegido y decorado con esta bóveda de cañón decorada con almenas, que a menudo le ha regalado el apelativo de "fuente romana".
Cada paso, una esquina muy particular.... La protagonista siempre, la gran mole de granito:
Este paseo nos lleva a recorrer los rincones más escondidos del entramado urbano, como esta plazuela, con esa capilla a la Virgen colocada en ese penedo:
Hasta que llegamos a la que puede ser la edificación más fotografiada de Monsanto, al menos a nosotros es la que más nos sonaba de haberla visto por internet.
Selfi de rigor, of course...
Desde el Miradouro Da PeÇa también tenemos buenas vistas de parte del pueblo, incluida la Torre de Lucano que ahora veremos.
Aquí reza una inscripción que dice:
"En la antigüedad existía en este lugar una pieza de artillería (cañón), cuyos surcos aún son visibles en el penedo".
La villa de Monsanto fue declarada en el año 1938 como "La Aldea Más Portuguesa De Portugal" y esto no fue por casualidad.
El motivo por el cual ostenta este título es porque es la villa que mejor ha sabido conservar su esencia y figura a pesar de las muchas inclemencias que ha sufrido a lo largo del tiempo.
Con motivo de tal hazaña, Monsanto exhibe orgullosa desde entonces en lo alto de La Torre de Lucano, campanario medieval del siglo XV,
anteriormente torre de vigilancia, un gallo de Barcelos de plata como símbolo de Portugal
Detalle del gallo de Barcelos de plata:
A pocos metros de La Torre de Lucano hemos alcanzado ya la Plaza de la Misericordia, donde se ubica la iglesia del mismo nombre, templo renacentista del siglo XVI
Y ya a la salida (o entrada...) del casco histórico de Monsanto se encuentra la Iglesia Matriz de San Salvador, modesta construcción que cuyos orígenes se remontan al siglo XV.
Y entre piedra y piedra ya hemos dado una buena vuelta a Monsanto, o casi, pues nos ha faltado algún rinconcillo importante por visitar,
pero siempre es bueno dejar algo en el tintero de las visitas para tener una buena excusa para volver más adelante cuando se tercie la ocasión.
Por el momento vamos a saciar un poco nuestra sed con una cervecina portuguesa,
aunque nuestra sed turística no ha menguado lo más mínimo, y más pensando en la buena ruta que tengo preparada para recorrer mañana, pero eso ya es otra historia...
Asique emprendemos la ruta dejando atrás este poblado rocoso tan pintoresco que ha hecho que merezca la pena el venir a perderse por la zona siendo el principal reclamo turístico de la comarca.
Nuestro hotel para esta noche lo hemos cogido a 70 kilómetros de aquí, en el epicentro de lo que será una fantástica ruta recorriendo la mayor parte del
Covilhã.
Pero eso no será hoy, sino MAÑÑÑÑÑANA....
AQUÍ dejo la crónica de la increíble ruta por la Serra Da Estrela
Un saludo
VSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
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